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viernes, 11 de febrero de 2011

ANTI-EXPLOSION

Introducción:

Para realizar una instalación eléctrica  Anti-explosión, lo primero que se debe hacer es la clasificación del área donde se realizara para determinar los distintos niveles o condiciones de peligrosidad de la zona donde se realizara la instalación eléctrica.

Un área clasificada se define como tal, sí existe un potencial riesgo temporal o permanente para la generación de un incendio o explosión, debido a la presencia en el ambiente de materiales combustibles o mezclas de gases, vapores, líquidos, partículas o fibras que puedan causar una ignición. Estos peligros pueden estar presentes durante los procesos normales de fabricación y/o almacenaje, o en caso de ruptura o avería accidental de los contenedores de almacenaje u operación anormal de los equipos.

Es necesario, debido a la diversidad de productos combustibles y situaciones operacionales, clasificar y caracterizar dichas áreas según diversos aspectos que son regulados por normas internacionalmente aceptadas como NEMA.

Clasificación:

El área peligrosa debe definirse especificando tres características:  Clase ( I, II ó III); División (1 ó 2) y Grupo (A, B, C, D, E, F ó G).

La Clase indica la naturaleza genérica del material inflamable:

Clase I
Donde puede haber presencia de gases o vapores inflamables mezclados en el aire en cantidades suficientes para producir mezclas explosivas o combustibles.

Clase II
Donde puede haber polvos combustibles en cantidades que originen un riesgo.
Estas agrupaciones de polvo están basadas en el tipo de material: metálico, carbonoso u orgánico. Un área pertenece a la división 1 ó 2 dependiendo de la cantidad presente de polvo en el ambiente, excepto para el grupo E, que sólo aplica para la División 1.

Clase III
Donde el material peligroso son fibras o partículas, fácilmente combustibles, y que no están normalmente suspendidas en el aire.

La División señala la probabilidad de que el material peligroso se encuentre en concentraciones inflamables:

División 1
Área donde la probabilidad de que la atmósfera sea peligrosa es alta. Ello puede ser debido a que existen concentraciones de material inflamable de manera contínua, periódica o intermitente en condiciones normales de operación o que los materiales inflamables están presentes frecuentemente debido a fugas, reparaciones o mantenimiento de equipos, o donde una falla pueda producir fuga e ignición simultáneamente.

División 2
Área que puede ser peligrosa bajo condiciones anormales o accidentales. Por ejemplo por rotura de recipientes, fallas de equipos o paso de material inflamable desde un área División 1.
Además la División 2 cubre las áreas en donde los gases inflamables, vapores o los líquidos volátiles se manejan en un sistema cerrado, o se confinan dentro de recintos adecuados. También donde las concentraciones peligrosas son prevenidas normalmente por ventilación mecánica.

Los Grupos son una subclasificación más específica sobre la naturaleza de la substancia peligrosa. Las substancias en un grupo determinado representan riesgos de características similares:

Clase I
Gases y vapores:

Grupo A: Acetileno.
Grupo B: Hidrógeno, butadieno, óxido de etileno, entre otros.
Grupo C: Etileno, acetaldehido, monóxido de carbono, dietil éter, entre otros.
Grupo D: Gasolina, propano, butano, metano (gas natural), acetona, amoníaco, entre otros. Este es el grupo más numeroso.

Clase II

Polvos combustibles:

Grupo E: Polvos metálicos como aluminio libre de Cobre y Magnesio.
Grupo F: Polvo carbón, coque y similares.
Grupo G: Harinas, almidones o polvos de granos.

La instalación eléctrica en un área clasificada debe eliminar el riesgo de inflamación o explosión. Existen para ello varias metodologías: previniendo la ignición (seguridad aumentada, seguridad intrínseca, uso de atmósferas inertes) o permitiendo ésta pero conteniéndola (equipos a prueba de explosión).

Los equipos a prueba de explosión no son herméticos, está previsto que los gases ingresen al mismo y se inflamen si existe en el interior de éste una fuente de energía. El equipo debe contener la explosión sin deformarse, y permitiendo la salida de los gases calientes a través de juntas de tolerancias controladas de manera que estos se enfríen por debajo de su punto de ignición antes de alcanzar la atmósfera externa.

Existen varias normas que rigen el diseño, fabricación y ensayo de equipos a prueba de explosión, siendo las emitidas por Underwriters Laboratories, Inc. (UL) de los Estados Unidos las de mayor difusión y aceptación a nivel mundial. Las normas UL establecen requerimientos en cuanto a materiales, espesores, tolerancias, condiciones del diseño, marcaje y pruebas a que deben someterse los productos. Por ejemplo:

A manera de ilustración, esquematizo una instalación eléctrica en un área clasificada.




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